Descripción general

La mielofibrosis es un tipo de cáncer de médula ósea. La médula ósea es la materia blanda dentro de los huesos donde se producen las células sanguíneas. La mielofibrosis causa la formación de cicatrices en la médula ósea. Esto dificulta que la médula ósea produzca células sanguíneas saludables.

A veces la mielofibrosis se presenta por sí sola. Esto se llama mielofibrosis primaria. A veces la causa es otra afección de las células sanguíneas. Cuando esto sucede, se denomina mielofibrosis secundaria.

Algunas personas con mielofibrosis no tienen síntomas y podrían no necesitar tratamiento inmediato. Otras personas con tipos más graves de la enfermedad podrían necesitar tratamiento. El tratamiento para la mielofibrosis generalmente se centra en aliviar los síntomas.

La mielofibrosis pertenece a un grupo de tipos de cáncer llamados neoplasias mieloproliferativas. Estos tipos de cáncer hacen que el cuerpo produzca demasiadas células sanguíneas que no funcionan correctamente. La mielofibrosis y otras neoplasias mieloproliferativas pueden derivar en diferentes tipos de leucemia. La leucemia es un cáncer que afecta los tejidos que forman la sangre en el cuerpo.

Síntomas

Los signos y síntomas de la mielofibrosis pueden incluir los siguientes:

  • Sentirse cansado, débil o con falta de aire.
  • Dolor o sensación de presión debajo de las costillas en el lado izquierdo.
  • Moretones que se forman con facilidad.
  • Tendencia al sangrado.
  • Sudoración excesiva mientras duermes, por lo que te despiertas sintiéndote cubierto de sudor.
  • Fiebre.
  • Dolor en los huesos.
  • Sensación de saciedad después de comer una pequeña cantidad de comida.

Cuándo debes consultar con un médico

Programa una cita con un médico u otro profesional de atención médica si tienes algún síntoma que te preocupa.

Causas

A menudo no está claro qué causa la mielofibrosis. Este cáncer ocurre en la médula ósea. La médula ósea es la materia blanda dentro de los huesos donde se producen las células sanguíneas.

La médula ósea produce células llamadas células madre sanguíneas, que pueden convertirse en otros tipos de células. Cuando es necesario, estas células madre pueden convertirse en células sanguíneas que circulan por el cuerpo. Las células madre sanguíneas pueden convertirse en lo siguiente:

  • Glóbulos rojos que transportan oxígeno al cuerpo.
  • Glóbulos blancos que ayudan a combatir infecciones.
  • Plaquetas que ayudan a detener el sangrado.

La mielofibrosis comienza cuando las células madre sanguíneas de la médula ósea desarrollan cambios en su ADN. El ADN de una célula contiene las instrucciones que le indican lo que debe hacer. En las células madre sanguíneas saludables, el ADN les da instrucciones para que se conviertan en células sanguíneas de manera controlada.

En la mielofibrosis, los cambios en el ADN dan instrucciones diferentes a las células madre sanguíneas. Los cambios indican a las células madre sanguíneas que produzcan más células sanguíneas de las que el cuerpo necesita. Estas células sanguíneas no funcionan como células sanguíneas saludables.

La mielofibrosis también causa formación de cicatrices en la médula ósea. Esta dificulta que la médula ósea produzca células sanguíneas saludables.

Las células sanguíneas adicionales que no funcionan correctamente y la formación de cicatrices en la médula ósea pueden hacer que haya muy pocas células sanguíneas saludables en el cuerpo. Esto deriva en los síntomas de mielofibrosis. Por ejemplo, puedes sentirte débil y cansado si hay muy pocos glóbulos rojos para transportar oxígeno en la sangre.

Los profesionales de atención médica han descubierto algunos cambios genéticos en el ADN que pueden causar mielofibrosis, incluidos cambios en los siguientes genes:

  • Gen de la quinasa Janus 2, también llamado JAK2.
  • Gen de la calreticulina, también llamado CALR.
  • Gen del receptor de trombopoyetina, también llamado MPL.

Tu equipo de atención médica podría analizar tus células cancerosas para ver si estos cambios están presentes. Los resultados pueden afectar tu pronóstico y tus opciones de tratamiento.

Factores de riesgo

Aunque a menudo se desconoce la causa de la mielofibrosis, los profesionales de atención médica han encontrado algunas cosas que podrían aumentar el riesgo. Los factores de riesgo incluyen los siguientes:

  • Edad avanzada. La mielofibrosis puede afectar a cualquier persona, pero se diagnostica con mayor frecuencia en mayores de 50 años.
  • Otra afección de las células sanguíneas. Una pequeña parte de las personas que tienen mielofibrosis desarrollan la afección como una complicación de la trombocitemia esencial o de la policitemia vera.
  • Exposición al benceno. La mielofibrosis se ha relacionado con altos niveles de exposición al benceno, que es una sustancia química industrial.
  • Exposición a la radiación. Las personas expuestas a niveles muy altos de radiación tienen más riesgo de padecer mielofibrosis.

Complicaciones

Las complicaciones que pueden resultar de la mielofibrosis son:

Agrandamiento del bazo

Las personas con mielofibrosis a menudo tienen el bazo agrandado. El bazo está situado debajo de la caja torácica, en el lado izquierdo del abdomen. Este órgano tiene muchas funciones, entre ellas, almacenar células sanguíneas adicionales. En la mielofibrosis, pueden acumularse en el bazo células sanguíneas adicionales producidas por la médula ósea. Esto hace que se hinche. El bazo también podría comenzar a producir células sanguíneas si la mielofibrosis causa una importante formación de cicatrices en la médula ósea. Esto crea más células que pueden hacer que el bazo se hinche. Cuando el bazo se hincha, se agranda. Un bazo muy agrandado puede causar dolor abdominal y sensación de saciedad después de comer muy poco alimento.

Hipertensión portal

La hipertensión portal es el término médico para el aumento de la presión en la vena porta. La vena porta lleva sangre al hígado. Si un bazo agrandado envía más sangre de lo normal al hígado, puede causar presión en la vena porta. Esta presión en la vena porta puede forzar la sangre hacia venas más pequeñas y causar sangrado en el estómago y el esófago.

Tumores en otras zonas del cuerpo

Si la mielofibrosis dificulta que la médula ósea produzca células sanguíneas, otros órganos podrían comenzar a producir células sanguíneas. El hígado y el bazo podrían comenzar a producir células sanguíneas. Las masas de tejido que pueden producir células sanguíneas podrían formarse en otras áreas del cuerpo. Esto puede derivar en sangrado en el sistema digestivo, tos o regurgitar sangre, compresión de la médula espinal o convulsiones.

Complicaciones de sangrado

La mielofibrosis dificulta que el cuerpo produzca plaquetas saludables. Las plaquetas son células sanguíneas que ayudan a detener el sangrado. Si tienes muy pocas plaquetas saludables, es posible que tengas moretones con más facilidad. También podrías tener un riesgo más alto para sangrado peligroso.

Leucemia

Algunas personas con mielofibrosis desarrollan leucemia mieloide aguda. Se trata de un tipo de cáncer de sangre y de médula ósea que suele empeorar rápidamente.