Nutrición y comida saludable

El agua no causa problemas de digestión ni diluye los líquidos corporales utilizados en la digestión. Sin embargo, las personas con enfermedades cardíacas, renales o hepáticas pueden tener que limitar la cantidad de agua que beben. Habla con tu equipo de atención médica si tienes estos problemas.

El agua suele ser buena para la digestión. El agua ayuda a descomponer los alimentos para que el organismo pueda utilizar los nutrientes. Ayuda al cuerpo a producir saliva. El agua forma parte del ácido estomacal que ayuda a la digestión y forma parte de otros líquidos del cuerpo, como la sangre y la orina. Beber suficiente agua también puede ablandar las heces, lo que ayuda a prevenir el estreñimiento.

Beber un vaso de agua con una comida puede ayudar a satisfacer las necesidades diarias de este líquido. Si estás intentando mantenerte en tu peso o adelgazar, el agua en las comidas es una gran opción. Beber agua con las comidas puede ayudarte a sentirte saciado sin añadir calorías. Pero si estás intentando aumentar de peso, céntrate en alimentos sanos y limita la cantidad que bebes en las comidas. Beber agua no te aportará nutrientes ni calorías, y puede hacer que te sientas lleno más rápido.

Aparte de beber agua, hay muchas cosas que puedes hacer para mejorar la digestión.

• Come lentamente.
• Consume la cantidad sugerida de fibra. Si sigues una dieta rica en fibra, asegúrate de beber suficiente agua.
• Mantente activo para que los alimentos circulen por el intestino.
• Controla el estrés en general e intenta evitarlo durante las comidas.
• Controla el tamaño de las raciones para evitar molestias intestinales o ingerir más calorías de las que tu cuerpo necesita.

Comer siguiendo un horario puede ayudar a que el sistema digestivo responda y descanse cuando no estás comiendo. Además, si tomas medicamentos que afectan a la digestión, pregunta a un profesional de atención médica cómo prevenir o controlar estos efectos secundarios.

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